Una gigantesca marea humana inundó con alegre rebeldía las calles de Santa Cruz de Tenerife. Estalló la indignación. En el suelo. En el aire. En los cuerpos. En los rostros. Miles de personas indignadas tomaron las calles de Santa Cruz y señalaron causas y responsables, gritaron proclamas contra el sistema capitalista y acusaron a banqueros, especuladores y gobiernos. Gente diversa dispuesta a participar y decidir, agitando en multitud de ocasiones sus manos al viento para reclamar su protagonismo en la vida política, para reflejar su evidente hartazgo de una democracia que no lo es.
La marcha, que partió a las 18 horas desde la Plaza Weyler y finalizó pasada las 21 horas en la recién bautizada “Plaza 15M” (antigua Plaza de Candelaria) se llenó de alegres caras rebeldes, de esperanza, de sonrisas cómplices que invitaban a pensar en la posibilidad real de construir colectivamente una sociedad justa. Muchas, muchas fueron las manos alzadas, los gritos clamando la necesidad de un cambio político, grande el ritmo de los sonoros tambores que acompañaron la determinación de esta marea humana de luchar por el modelo de sociedad que se sueña.
Varios carteles lo expresaron claramente: “Si los de abajo se mueven, los de arriba se caen”.
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