Frente a la Subdelegación del Gobierno, en Santa Cruz de Tenerife, más de medio centenar de personas se manifestó en torno a las 7 de la tarde en contra de la entrada en vigor a partir del 1 de julio de la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida por la oposición y los movimientos sociales como “Ley Mordaza”. “No más represión, ni violencia policial, ni persecución judicial” fue el lema que acompañó a esta convocatoria. Entre otras cuestiones, la nueva normativa permite a la policía multar a quienes se nieguen a disolver reuniones, u otro tipo de actos, aunque sean pacíficos, en lugares públicos una vez lo ordene «la autoridad competente». Igualmente sanciona, prohíbe y criminaliza acciones como parar un desahucio o manifestarse en las proximidades del Congreso o Senado. Así mismo se sanciona el uso de imágenes de policías en el cumplimiento de su labor, por lo que el empleo de esta herramienta, que hasta el momento había permitido difundir los abusos policiales, ahora está prohibida de forma expresa.
Violencia policial
La visita del Ministro de Educación, José Ignacio Wert, para el acto inaugural de apertura de la Catedral de La Laguna, en Tenerife, se tradujo en una contundente manifestación de toda la comunidad educativa que rechazó tajantemente, una vez más, la degradación que sufre la Enseñanza Pública como consecuencia de los drásticos recortes promovidos por el Gobierno del Estado, con la complicidad del propio Gobierno de Canarias. La marcha, que salió en torno a las 11 de la mañana desde la Plaza del Adelantado, se detuvo frente a las puertas de la Catedral, lugar custodiado por un fuerte dispositivo policial. Gritos de dimisión, de “sinwertgüenza” y en apoyo a la Escuela Pública se lanzaron continuamente con la pretendida intención de hacerlos llegar al Ministro, quien en ningún momento se dejó ver. En un instante determinado de la concentración se produjo un forcejeo ante el vallado de seguridad establecido que derivó en una carga de los cuerpos de seguridad, momentos de dura tensión y de fuerte violencia policial y de una notable crispación de los manifestantes. El resultado fue la detención de al menos cuatro personas, el abucheo generalizado a la policía y una espera de hasta más de cinco horas en apoyo a los detenidos y detenidas frente a las dependencias policiales hasta su liberación.
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Cho Vito sigue siendo una de las tantas vergüenzas de la justicia en Canarias y esta mañana lo demuestra una vez más, aplicando la Ley de Costas al pueblo marinero de Cho Vito. Un lugar entrañable y que forma parte de la idiosincracia del pueblo canario.
Pero como este caso, numerosos pueblos marineros también están amenazados, y esta misma ley permite que toda la franja del litoral se mantenga y se sigan construyendo chalets de lujo, complejos hoteleros y grandes infraestructuras privadas. En muchos casos, que pertenecen a la casta política y a los empresarios de la construcción.
Esta mañana los vecinos y las vecinas de Cho Vito se enfrentaron nuevamente a un desproporcionado e ilegal desalojo, sacándoles de sus casas a la fuerza sin una orden judicial, que a medida que las iban dejando en la calle, las palas de la empresa de construcción de Tragsa hacían efectivo el derribo.
Este pueblo marinero sigue resistiendo, y es que después de 6 años peleando por su vivienda y por que se reconozca que están fuera del linde público, ocuparon el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Candelaria para exigir que el alcalde de este municipio busque una solución justa al realojo para las 13 familias que se acaban de quedar sin techo. Mientras, Cho Vito sigue vivo y desde hoy, vive en la casa del pueblo hasta que se haga justicia.
Ante el Cine Víctor, en Santa Cruz de Tenerife, donde se celebraba el Congreso Insular del PP y bajo un fuerte dispositivo policial, un nutrido grupo de personas se concentró hoy para protestar contra las recientes medidas de recortes del Partido Popular que afectan sobremanera a la clase trabajadora. Gritos en contra del ministro Soria y del partido en el gobierno, pitos y lemas alusivos a la falta de democracia se hicieron sonar a lo largo de la mañana, que en más de una ocasión se vieron acompañados por las bocinas de los coches que por allí pasaban. En el momento de llegada al evento de algunas personas relevantes del PP, el ambiente se encrespó. La policía trató de detener entonces a uno de los concentrados y para ello cargó violentamente sobre algunos de los manifestantes. Finalmente han sido detenidxs dos personas.
Frente a los Juzgados de Santa Cruz de Tenerife se concentró el viernes pasado un nutrido número de personas para protestar por la detención de Roberto Mesa, desalojado y detenido por la policía a órdenes del alcalde José Manuel Bermúdez, cuando el joven, junto a otros vecinos y vecinas, manifestaba pacíficamente su oposición a la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana de Santa Cruz mostrando un cartel de “No al PGOU”. Los manifestantes mostraron su solidaridad con el detenido a su salida entre abrazos y gritos de apoyo y el deseo expreso de continuar la oposición al plan urbanístico. Tras ser convocado el lunes, 2 de Julio, de nuevo a los juzgados, se le ha comunicado que se le imputan tres delitos: atentado, desórdenes públicos y resistencia. La protesta social vuelve a ser criminalizada una vez más. Sin embargo, lejos de amedrentar a los “disidentes”, la firme convicción de una justa causa mantiene la lucha. Roberto Mesa está ahora a la espera de juicio.
Alberto, delegado sindical de CCOO y militante de IU, se acercaba ayer a participar de la manifestación del 12M, ¡Súmate a las mareas! en Santa Cruz de Tenerife, cuando varios miembros de la UIP (Unidad de Intervención Policial) se abalanzaron sobre él, agrediéndole brutalmente y llevándoselo a la comisaría esposado sin dar explicaciones.
Con la consigna “No estamos todos/as, falta Alberto” dio comienzo la manifestación, donde decenas de personas que participaban de la misma, continuaron la marcha hasta las inmediaciones de la UIP para denunciar el abuso de poder, la agresión y puesta inmediata en libertad de Alberto.
En un ambiente de tensión, en el que cada vez se iba sumando más personas, el jefe del cuerpo policial dijo que se trataba de un asunto pendiente referente a un piquete pacífico el día de la Huelga General, donde miembros de la UIP habían intervenido agrediendo brutalmente a un grupo de personas, entre ellas, Alberto, que se dirigían a la estación de guaguas de Santa Cruz.
Bajo la presión de la gente que gritaba consignas como “ser policía, vergüenza me daría”, “libertad, libertad, detenido por luchar”, “Nos tienen miedo porque no tenemos miedo”, “Si nos tocan a una, nos tocan a todas”, “ustedes, fascistas, son los terroristas”, Alberto es puesto en libertad y recibido con la calidez de los abrazos de todas las personas que esperan su salida.
Se pide justicia para Alberto, así como que los responsables de la agresión sean denunciados y expulsados de un cuerpo policial que los empodera, aplicando la violencia a personas que luchan dignamente, privándoles de su derecho de libertad a la libre expresión.
El drástico suceso de muerte del joven vasco, Iñigo Cabacas, provocada por un pelotazo de goma por parte de la Brigada Móvil de la Ertzaintza, ha conmovido a todo el Estado. Ayer, a las puertas de la Subdelegación de Gobierno en Santa Cruz de Tenerife, un grupo de personas se concentraban para mostrar su solidaridad con Iñigo, denunciando, a su vez, las políticas usadas por el Gobierno de represión, uso de poder y desalojos brutales hacia la población.
Las pelotas de goma, los porrazos indiscriminados y el uso de gases han provocado ya lesiones muy graves en la población civil, sin embargo, se siguen justificando para tener el control de la población a base de medidas represivas.
Iñigo Cabacas, es una víctima más de esa represión y el Gobierno es responsable de su muerte.
Vecinos y vecinas del barrio de Somosierra y García Escámez en la capital tinerfeña, homenajearon al joven estudiante de magisterio, Bartolomé García Lorenzo, que fue acribillado a balazos el 22 de septiembre de 1976 por seis policías que le dispararon hasta en 30 ocasiones, impactando en su cuerpo 4 balas que ocasionaron que muriera dos día más tarde en el hospital.
Para hablar de Bartolomé y explicar el contexto social y político de su época realizaron una mesa redonda moderada por el periodista Carmelo Rivero que contó con la participación de Dulce García Lorenzo, hermana de Bartolomé; Cirilo Leal Múgica, periodista y escritor; Alfredo Horas Casanova, abogado laboralista que destacó por su defensa de la clase trabajadora en los años setenta; Ignacio Reyes García, licenciado en Historia, y Manuel Perea, amigo íntimo de la infancia.
Han pasado 35 años de aquel triste suceso y de las revueltas que tuvieron sitiado el barrio durante 15 días. Hoy todavía los vecinos y vecinas, con emoción y rabia contenida, se preguntan por qué lo mataron y por qué los responsables nunca pagaron por ello.
Cientos de personas “indignadas” se concentraron en las inmediaciones del Ayuntamiento de Santa Cruz en el pleno de investidura para exigir una democracia real. Una institución pública que celebraba en un acto privado la toma de posesión de nuevos concejales en la corporación capitalina y que mediante un enorme despliegue policial impidió el ejercicio de la crítica y la libertad de expresión de las personas concentradas.
Agentes de la Unidad de Intervención Policial y de la UNIPOL bloquearon todos los accesos al Ayuntamiento y se emplearon con saña cuando, tras finalizar la toma de posesión sobre las 13:30 horas, comenzaban a salir del garaje los primeros coches de representantes políticos. Ante el intento de bloquear la salida de los vehículos con una sentada, los antidisturbios emplearon la violencia para desalojar al grupo de manifestantes empujando, arrastrando y propinando golpes con los puños, resultando varias personas heridas de diversa consideración, siendo la más grave una joven que tuvo que ser traslada en ambulancia a un centro sanitario.
En ese ambiente de crispación, la edil del partido Popular Cristina Tavío salió caminando del consistorio municipal fuertemente escoltada mientras las personas concentradas le gritaban al unísono “que no, que no, que no nos representan” y “no hay pan para tanto chorizo. Nuevamente se produjeron forcejeos y empujones por parte de la policía que obtuvo como respuesta los brazos en alto de las personas indignadas en señal de no violencia y al grito de “estas son nuestras armas”.
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